H (HOMBRE) M (MUJER)
M. – Hola,
H. – He estado todo el día pensando en ti.
M – Yo también,
H. – Hace mucho que no lo pasaba tan bien:
M.- Quiero conocerte en persona.
H – A mí también me gustaría, pero los dos estamos casados. Va a ser difícil…
M – Lo digo en serio, tienes que hacer algo. Estoy enamorada de ti, y tú?
H – Creo que también.
M – Dime que me amas.
H – Estoy perdido de amor por ti. Me has embrujado. Ya no sé ni dónde tengo la cabeza; si arriba o abajo.
M – ¡Ja, ja, ja…! Me encanta que me digas esas cosas. Mi marido no tiene sentido del humor.
H – Que pendejo tu marido, no sabe lo que tiene en casa A mi me pasa lo mismo con mi mujer, es muy fría
M – Quiero verte,me excito mucho contigo ¿puedes hoy a las 4?
H – A esa hora estoy trabajando.
M – ¿No puedes salir, alegando motivos de trabajo?
H – a penas, me dejan salir al baño.
M – ¡Ja, ja, ja…! Pues, dices que te sientes indispuesto.
H – No puedo. Tiene que ser cuando salga a las seis.
M – A las siete llega mi marido, y ya no puedo.
H – Dile que vas a visitar a una amiga.
M – ¿Y qué me harías si nos vemos?.
H – Te tengo tantas ganas, que te comería entera.
M – ¡Mmmmmmmmm! Me gusta. Te quiero mucho. Te deseo tanto…
H – Desde que te conocí no pienso sino en tenerte entre mis brazos, y hacerte…
M – ¿Hacerme qué?…
H – ¡El amor!…
M – ¡Lo estoy deseando!..
H – ¡Y yo!… ¡Veámonos a las seis!
M – ¿Tengo que ver a mis hijos
H – ¿Cuántos tienes?
M – Tres…
H – Igual que yo. Déjaselos a tu marido.
M – ¡Ja, ja, ja…! Hay que acostarlos, y…
H – ¿Cuántos años tienen?
M – Siete, cinco y dos.
H – Igual que los míos.
M – ¡Es que somos almas gemelas!
H – Por eso mismo tenemos que vernos. ¿Dónde vives?
M – Por el Malecón.
H – ¡Ehhh, yo también! Somos vecinos.
M -Si que somos almas gemelas… Trataré de que mi marido se quede con los niños.
Aunque Luisita, la menor, está agripada.
H – ¿Luisita? Se llama igual que la mía. El mayor se llama Javier.
M – ¡Qué casualidad!: el mayor mío también se llama Javier…
H – ¡Martaaa…?
M – ¡Albeeeeerto…?
H – ….PUTAAAAA…!!!
M -….IMPOTENTEEEE…!!!
H. – He estado todo el día pensando en ti.
M – Yo también,
H. – Hace mucho que no lo pasaba tan bien:
M.- Quiero conocerte en persona.
H – A mí también me gustaría, pero los dos estamos casados. Va a ser difícil…
M – Lo digo en serio, tienes que hacer algo. Estoy enamorada de ti, y tú?
H – Creo que también.
M – Dime que me amas.
H – Estoy perdido de amor por ti. Me has embrujado. Ya no sé ni dónde tengo la cabeza; si arriba o abajo.
M – ¡Ja, ja, ja…! Me encanta que me digas esas cosas. Mi marido no tiene sentido del humor.
H – Que pendejo tu marido, no sabe lo que tiene en casa A mi me pasa lo mismo con mi mujer, es muy fría
M – Quiero verte,me excito mucho contigo ¿puedes hoy a las 4?
H – A esa hora estoy trabajando.
M – ¿No puedes salir, alegando motivos de trabajo?
H – a penas, me dejan salir al baño.
M – ¡Ja, ja, ja…! Pues, dices que te sientes indispuesto.
H – No puedo. Tiene que ser cuando salga a las seis.
M – A las siete llega mi marido, y ya no puedo.
H – Dile que vas a visitar a una amiga.
M – ¿Y qué me harías si nos vemos?.
H – Te tengo tantas ganas, que te comería entera.
M – ¡Mmmmmmmmm! Me gusta. Te quiero mucho. Te deseo tanto…
H – Desde que te conocí no pienso sino en tenerte entre mis brazos, y hacerte…
M – ¿Hacerme qué?…
H – ¡El amor!…
M – ¡Lo estoy deseando!..
H – ¡Y yo!… ¡Veámonos a las seis!
M – ¿Tengo que ver a mis hijos
H – ¿Cuántos tienes?
M – Tres…
H – Igual que yo. Déjaselos a tu marido.
M – ¡Ja, ja, ja…! Hay que acostarlos, y…
H – ¿Cuántos años tienen?
M – Siete, cinco y dos.
H – Igual que los míos.
M – ¡Es que somos almas gemelas!
H – Por eso mismo tenemos que vernos. ¿Dónde vives?
M – Por el Malecón.
H – ¡Ehhh, yo también! Somos vecinos.
M -Si que somos almas gemelas… Trataré de que mi marido se quede con los niños.
Aunque Luisita, la menor, está agripada.
H – ¿Luisita? Se llama igual que la mía. El mayor se llama Javier.
M – ¡Qué casualidad!: el mayor mío también se llama Javier…
H – ¡Martaaa…?
M – ¡Albeeeeerto…?
H – ….PUTAAAAA…!!!
M -….IMPOTENTEEEE…!!!

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